En este detalle se observa el cubo principal que contiene la mezcla del hombre con la naturaleza. El espiral con su color dorado representa a Dios en su armonía natural y su compleja sencillez y el hombre está estructurando su vida alrededor del espiral, construyendo el cubo. El espiral es la estructura de la escultura y el cubo se amarra al espiral.
Se puede apreciar que el cubo está compuesto de seis caras: la luz afecta a tres de ellas y tres quedan oscuras. Esto lo refleja el material con que se trataron para hablar de matices, al igual que la palabra, ya que las tres caras opacas son de espejo y las otras tres son transparentes pero oscuras a la vez por el óxido. Esto habla de la realidad: lo oscuro es a la vez claro y viceversa.